lunes, 5 de octubre de 2009

Como Muhammad Ali, pero es Nestor Kirchner

A las puertas de un triunfo inimaginable de Kirchner



Esta semana el Gobierno puede conseguir un triunfo político que tres meses atrás era inimaginable. Si aprueban la ley de medios, el Gobierno le deberá un favor enorme a Julio Grondona, el zar de la AFA. Fue el rompimiento del contrato de la transmisión del fútbol lo que abrió la brecha por donde forzar la sanción de la nueva ley de radiodifusión.

Uno a uno, el oficialismo cuenta los días para llegar al viernes. Ese día, el Senado aprobará la ley de medios audiovisuales. Lo hará sin cambiar una coma al proyecto votado en la Cámara de Diputados, si consigue, como se prevé, mantener el bloque legislativo sin resquebrajamientos. Hubo un intento de rebelión, la del senador Jenefes, que fue abortado.

Sería una sorpresa que la oposición pudiera romper la barrera kirchnerista para introducir algún cambio en la votación en particular de la ley. Algo que los diputados opositores podrían haber logrado, quizá, si se hubieran quedado en el recinto cuando se votó la ley, en la madrugada del jueves 17 de septiembre. Pero eso es parte del pasado y la única alternativa que les queda a los senadores opositores que resisten la iniciativa oficialista es dar el debate y tratar de introducir algún cambio cuando se vote artículo por artículo.



Ese paso, en caso de darse, obligaría a un nuevo tratamiento en la Cámara de Diputados. Pero será estirar la agonía, dicen algunos diputados que creen que la ley ya está en el bolsillo de Néstor Kirchner. El ex presidente ha demostrado, herido y vapuleado como quedó tras las elecciones del 28 de junio pasado, que dará pelea hasta el final. Pero desnudó las carencias de la oposición, huérfana de reflejos e incapaz de hacer otra cosa que correr detrás de la iniciativa política del líder del oficialismo.

Pero no todo se presenta sencillo para los planes kirchneristas. Comienzan a aparecer fisuras en uno de los frentes hasta ahora impensados para el Gobierno. El clima de agitación que se ha disparado con el conflicto de la planta de Terrabusi puede hacer los días insoportables para el Gobierno, acostumbrado a tener el control de la calle, si no pueden frenar el descontento y el avance de los piquetes.

Por Jorge Rosales
Especial para lanacion.com

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