miércoles, 30 de septiembre de 2009

Cada vez más ejecutivos recurren a Freud para solucionar los problemas de sus empresas


Sigismund Schlomo Freud


Fuente: El Cronista.com
Investigación: Carla Quiroga.
Primero fue la crisis del campo. Después el freno de la economía global. Más tarde explicar a las casas matrices la situación local y en los últimos días el abrupto freno de la actividad en el país. El combo generó un efecto cascada en un terreno insospechado: cada vez más ejecutivos van al diván para probar la terapia del padre del psicoanálisis.

Las estadísticas son elocuentes: 3 de cada diez CEOs se psicoanalizan en la Argentina y la tendencia es creciente en la medida que se desciende en la pirámide organizacional.

En los ’90 la relación era de uno cada veinte y a comienzos de 2000 sólo dos de cada diez, según coinciden los especialistas.

Razones

Las razones profesionales por las que recurren a Freud son varias: la culpa por ascender y dejar compañeros en el camino, las horas resignadas a la familia, la competencia, las presiones sociales, el entorno, los cortocircuitos en el funcionamiento de los equipos de trabajo y el futuro incierto, sólo por citar algunas de las razones clásicas.

No obstante, desde el último año aparecen nuevas variantes: la falta de previsibilidad, la imposibilidad de cumplir con los resultados y las situaciones de crisis en las también actúan como disparadores.

“El psicoanálisis ayuda sólo en algunos casos. Yo probé pero no me funcionó. La verdad es que no lo veo compatible con la vida de los negocios”, describe el CEO de una multinacional europea que tuvo que cerrar una planta hace muy poco tiempo. Y agrega: “en los momentos críticos prefiero conectarme con la vida que tengo afuera de la oficina”. Distintos son los puntos de vista al respecto. “Los ejecutivos que buscan ayuda no necesariamente necesitan el diván, sino un referente que los ayude a resolver su dilema”, comenta Andrés Hatum, profesor del IAE especializado en el área de comportamientos humano de la organización y especialista en coaching.

El coach es un mentor con quien el ejecutivo analiza dudas e inquietudes sobre su carrera. Sirve para afinar o delinear preferencias, cotejar ideas o simplemente tener distintas visiones de la realidad y lo principal, bajar los niveles de ansiedad.

Primera charla

En general, la primera charla el profesional la utiliza para interiorizarse sobre el CV y se informa sobre su vida actual, anterior y expectativas futuras. Se trabaja con la metodología de charlas individuales que se realizan en lugares en donde el ejecutivo se sienta cómodo como un café, la propia oficina o, en todo caso, un restaurante. La frecuencia, puede ser cada 45 días, y en cada encuentro se fijan objetivos para la próxima reunión.

Claro que el objetivo es diferente a que si lo contrata el propio ejecutivo: buscan mejorar las competencias profesionales y de liderazgo pero focalizadas en la posición. “Es como un socio estratégico”, agregan. Sin datos cuantitativos que determinen que una terapia es más efectiva que otra, la eficacia dependerá de la persona.

Claro está, en la ciudad de Buenos Aires, el 70 por ciento de los porteños tiene una percepción positiva del psicoanálisis, según una encuesta realizada por la Universidad Abierta Interamericana (UAI).

Según la Asociación Psicoanalítica Argentina hay 12.000 profesionales en actividad. Dicho número no es para nada menor. De hecho convierte a la Argentina en el país con mayor cantidad de psicólogos en el Continente americano: hay un psicólogo por cada 649 habitantes. La secunda Uruguay con un profesional cada 900. Brasil tiene uno cada 1.154, Estados Unidos uno cada 2.213, Colombia uno cada 2.333 y Ecuador uno cada 8.000.

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