viernes, 12 de noviembre de 2010

Portación de Apellido

Máximo como su nombre lo indica jamás se imagino hasta podría ascender su apellido o su fortuna por lo cosechado por su padre el ex presidente Néstor Kirchner.
Tiene tres décadas más tres años de vida, jamás termino una carrera universitaria, maneja una fortuna de más de 55 millones de pesos, es fan de un equipo de fútbol como es racing,
Vive en la misma casa en la que nació, en 1977. Máximo Carlos Kirchner, de carácter retraído y cultor del perfil bajo, tuvo durante la última semana la mayor exposición mediática de su vida.
Máximo no dio a sus cercanos señales que indiquen que se fuera a poner al frente del proyecto político. En reuniones con la cúpula de La Cámpora, en la que estuvieron, entre otros, el diputado Juan Cabandié, Máximo les dijo que su futuro seguirá en Santa Cruz. Fuentes de la Casa Rosada no le atribuyen un lugar en la primera línea de la gestión y relativizan su protagonismo político. Sí destacan el peso que tendrá en la contención de su madre.





Para algunos, su perfil político está inflado por los medios y las circunstancias. "Es muy buen pibe; lo quieren mostrar como el consejero de los viejos. Cuando éramos pibes, era uno más y muy parecido a «Lupín»", cuenta hoy un compañero del secundario en la escuela Guatemala.
Máximo Kirchner convivió siempre con el peso del apellido. "Lo conocí como hijo del intendente y después como hijo del gobernador; era un pibe sencillo, común, nunca hizo pesar o valer su apellido", lo definió ante LA NACION el profesor Hugo Espósito, que dirigió el equipo de handball, en el que el hijo de la Presidenta jugaba al arco.
El quería ser periodista deportivo, pero su madre, Cristina Kirchner consideraba que eso no era una carrera. Por mandato familiar, intentó durante un par de años con la abogacía en universidades privadas de Buenos Aires, pero nunca logró pasar de primer año.
Vivía en Buenos Aires y Kirchner era presidente cuando Máximo no dudó en abandonar a sus custodios con el auto roto y seguir con sus amigos en busca de un poco de diversión fuera de las miradas vigilantes. Su custodia llegó a fastidiarlo.




El mundo comercial
La actividad comercial de Máximo Kirchner se encaminó a partir de 2005, cuando integró la SA Negocios Inmobiliarios, con Osvaldo Sanfelice, empresario inmobiliario de la ciudad, y María José Fernández Clark, esposa del ex gobernador Carlos Sancho, que renunció en 2007 en medio de una fuerte crisis social.
Desde el local de Sanfelice, Sancho y Asociados, se administran las propiedades de los Kirchner. Según la última declaración jurada del ex presidente, la casona donde funciona la inmobiliaria de Sanfelicce y Sancho es propiedad de los Kirchner.
Sanfelicce era uno de los socios de Kirchner en Hotesur SA, dueña del hotel Alto Calafate. Máximo heredó sus asesores comerciales, a Sanfelicce se suman el contador Víctor Alejandro Manzanares y el empresario Lázaro Báez, quien tiene socios en común con las empresas de Kirchner.
En 2006, fue nombrarlo presidente de Los Sauces SA, para administrar el coqueto hotel boutique de El Calafate. Con la SA El Chapel corrieron menos suerte, fue fundada en 2008 y disuelta en 2010, después que la Oficina Anticorrupción sugiriera la disolución de la empresa. Máximo lo hizo.
Localmente, el kirchnerismo vive horas de orfandad. Peralta, quien defiende su reelección, afirmó que Máximo podría tener en el futuro un lugar importante en la política. El concejal Antonio Aguila, un peronista disidente que se alineó al intendente radical Héctor Roquel y tiene trato con Máximo Kirchner, ve con buenos ojos un posible desembarco en la política local. "Tiene formación, puede aportar y sería bienvenido, por más que no compartamos ideología. Hace falta una generación nueva que asuma compromisos",


Fuente: La Nacion Mariela Arias
Corresponsal en Santa Cruz

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