En algunos callejones de Buenos Aires huelen a 'faso' (porro,
canuto) de marihuana, es muy consumida
por los jóvenes bonaerenses, que no conocen el hachís. Sin embargo, la ley
antidrogas -número 27237- castiga el autoabastecimiento de esa hierba con penas
de entre cuatro y 15 años de prisión.
Parece una ley hecha a
medida de las bandas de narcotraficantes que, así, se forran importando cannabis desde Paraguay a
través del contrabando 'hormiga' (camellos), automotores, barcos, y hasta en aviones que
lanzan la mercancía desde el aire sobre campos de la Argentina profunda.
La Cámara Federal de la ciudad de La Plata,
capital de la provincia de Buenos Aires, dio este jueves un paso importante
para cambiar esa paradoja. Con voto de la mayoría de sus jueces, declaró lainconstitucionalidad del artículo de
la ley que castiga a quien siembre o cultive plantas o guarde semillas.
Los magistrados salvaron de la polémica ley a
quienes cosechen marihuana para "consumo personal" por considerar que esa conducta se
encuadra dentro del "ámbito de las acciones privadas protegidas por el
artículo 19 de la Constitución Nacional".
Dicho artículo de la carta
magna establece que "las acciones privadas de los hombres que de ningún modo
ofendan al orden y a la moral pública, ni perjudiquen a un tercero, están sólo
reservadas a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún
habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado
de lo que ella no prohíbe".
En la Argentina Hasta se
edita la revista 'TSH cultura cannábica'. Con ella puede uno informarse sobre
técnicas de jardinería tales como "multiplicar los cogollos de una planta
(...) para engordar la cosecha" o "solarización y reciclado de
sustrato".
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