Le quedan al
Gobierno y son producto de una combinación de factores, desde la derrota
electoral en las legislativas del 27 de octubre, a los
crecientes problemas de la economía con una inflación que podría derivar en
conflictividad social, caída de las reservas del Banco Central y una escasez de
dólares que agravan la situación de las cuentas públicas.
Cristina
Kirchner retomó ayer sus funciones y utlizo cambios en su Gabinete: designó al gobernador
del Chaco, Jorge Capitanich, como nuevo jefe de Gabinete; al actual titular del
INTA, Carlos Casamiquela, como ministro de Agricultura; y promovió a Axel
Kicillof de viceministro a ministro de Economía. Todos jurarán sus
cargos mañana a
las 19 en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, en un acto que marcaría
también la reaparición en público de la Presidenta.
Al saliente ministro
Hernán Lorenzino, que siempre estuvo abocado a los temas de deuda y de bonos,
se le creó una “unidad ejecutiva de Reestructuración de Deuda” que dependerá
formalmente de Economía. Además fue propuesto como embajador ante la Unión
Europea (en momentos en que justamente, viene avanzando en cerrar un acuerdo
por la deuda con el Club de París).
Juan Manuel
Abal Medina se quedó
fuera del elenco de gobierno tras una gestión de bajo perfil como ministro
coordinador, que recién había intentado levantar tras las elecciones y en medio
de fuertes pujas internas que habían comenzado a esmerilar su sillón.
La
Presidenta también removió a la titular del Banco Central, Mercedes Marcó del
Pont, designando en su lugar (en comisión, su pliego deberá pasar por el
Senado) a Carlos Fábrega, actual titular del Banco Nación. Y para el cargo que
deja este último, a Juan Ignacio Forlón, actual titular de Nación Seguros.
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