lunes, 24 de agosto de 2009

La Pornografia


La Real Academia Española define a la pornografía como "el carácter obsceno de las obras literarias o artísticas"[1] Es decir, todo lo que ofenda al pudor y que se represente artísticamente. En el segundo simposio nacional multidisciplinario de sexualidad humana, en Argentina, se ha considerado que la actual pornografía desvirtúa la sexualidad humana, expresándola en formas violentas; explícitas o implícitas; y siempre en una relación de poder y servidumbre de la mujer hacia el hombre o, en ocasiones, inversamente.[2]

Espectáculo pornográfico anunciado a la entrada de un sex shop
La pornografía se manifiesta a través de multitud de disciplinas, como cine, escultura, fotografía, historieta, literatura o pintura, habiendo logrado un gran auge en medios como las revistas pornográficas e inclusive el audio (teléfono erótico), y últimamente Internet


Fuente: Wikipedia

Tiene su mérito el destacarse haciendo historieta erótica precisamente en Japón, donde la obsesión sexual por excelencia son las colegialas de falditas cortas y lazos en el pelo. Para superar eso hay que ser bastante pervertido y Tomo lo es, pero en su mundo las estrellas no son las inocentes colegialas sino mujeres voluptuosas y desvergonzadas que van hacia el sexo como abejas a la miel: "Crecí en el Japón de la posguerra, rodeado de hambre y miseria, así que mi prototipo de belleza femenina acabó siendo un tipo de mujer sobradamente alimentada". Muchas de sus obras son la típica fabula porno en la que una chica cualquiera, la vecinita de al lado, entra a comprar el pan o se tropieza en la calle, y tres o cuatro páginas más adelante ya está desnuda y desbandada, demostrando conocimientos técnicos dignos de Linda Lovelace. Otros de sus comics tienen intenciones más complejas. Bucean en la "normalidad" de la vida de la clase media, en las fantasías sexuales de oficinistas y amas de casa, que en general solamente se concretan en el territorio de la fantasía. Entre sus obras más celebradas se cuentan libros incandescentes como Miss DD, Cuidados Intensivos y El príncipe del manga, un libro de once episodios absurdos y de aires autobiográficos. Todas ellas, obras que son bastante difíciles de encontrar en Buenos Aires, así como el homenaje al Quijote en el que aparece el episodio de Nine (editado por la española Sins Entido). Y eso sí que es un pecado.
Publicado por Diego Marinelli el 24/07/2009

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