Las
coincidencias empiezan a ocupar su lugar y entonces es posible pensar en vidas
paralelas, vidas paralelas que pueden construirse porque existe una tensión
interesante entre lo que hay de común y lo que hay de diferente.
La diputada nacional y
candidata a renovar la banca por la Coalición Sur de la Capital, Elisa, comparó hoy a la presidenta Cristina Kirchner con la anterior primera mandataria peronista Isabel Perón, debido a que
fue "abandonada por el PJ y el sindicalismo", al tiempo que advirtió
que por las denuncias de corrupción en contra de la administración nacional
"están rodeados".
No quiere decir que los
personajes sean iguales. Como le gustaba observar al profesor Luis Muñoz, las
paralelas son dos líneas trazadas una al lado de la otra, líneas que nunca se
tocan, ni siquiera se rozan, pero sin embargo marchan juntas. Las semejanzas en
este caso provienen de un mismo tiempo histórico, de una misma identidad
política. Plutarco no desconoce las diferencias entre Alejando y César, pero se
detiene en algunos detalles aparentemente menores para encontrar allí algunas
coincidencias interesantes. ‘A veces una anécdota, un momento insignificante
nos pintan mejor a un hombre ilustre que las mejores proezas o las batallas más
sangrientas‘, escribe el historiador griego del siglo I.
Por lo pronto, entre
Isabel y Cristina hay coincidencias históricas y políticas que no deben
desatenderse. En principio estamos hablando de las dos presidentes mujeres de
nuestra historia. Las dos, además, peronistas; ambas han estado casadas con
presidentes: una con Perón, la otra con Kirchner; las dos accedieron al sillón
de Rivadavia gracias a las relaciones con sus maridos; a las dos se les
murieron sus esposos y debieron afrontar la responsabilidad del poder sin el
apoyo de quienes habían sido sus maestros; ambas están marcadas por los acontecimientos
de los años setenta sin tener nada que ver con ellos: Isabel los padeció,
Cristina los usufructúa; las dos pertenecen a esa tradición cortesana del
peronismo, donde las esposas acceden al poder gracias al vínculo marital.
En una
entrevista con radio Mitre, la legisladora nacional aclaró que en la Argentina
"no hay golpe" o amenaza de desestabilización institucional, como
denuncian referentes de la Casa Rosada, aunque reconoció que existe "una
pelea de facciones en el seno del propio PJ".
De todos modos, Elisa Carrió no dudó en hacer un paralelo histórico
polémico sobre la situación política que se vive en la Argentina en la
actualidad, con una Cristina Kirchner debilitada por una derrota electoral que le propinó un sector peronista:
"Ella es Isabel Perón. Es una persona abandonada por el PJ, por el
sindicalismo".
Sí y todo, Isabel nunca
pudo explicar el escándalo de la llamada Cruzada de Solidaridad Justicialista,
del mismo modo que Cristina tuvo que recurrir a Oyarbide para eludir la causa
por enriquecimiento ilícito. Isabel jamás aclaró sus litigios con las hermanas
de Evita, mientras que Cristina nunca pudo dar explicaciones satisfactorias por
los dineros de la provincia de Santa Cruz que, a juzgar por los hechos,
parecieran haberse evaporado en el aire.
Las dos
se presentan ante la historia como abanderadas de las causas de sus maridos.
Cristina invoca un pasado militante de dudosa verificación, mientras que Isabel
prefiere hacer silencio. Así y todo, en 1965 Isabel vino a la Argentina a resolver
una complicada interna política del peronismo y se desempeñó con singular
eficacia, salvo que alguien crea que torcerle el brazo al “Lobo” Vandor haya
sido una tarea sencilla. Aquel viaje provocó otra consecuencia significativa
para el peronismo: en esa ocasión Isabel conoció a López Rega.
Al ser
consultada sobre las continuas manifestaciones de desestabilizaciones
institucionales que plantean desde el oficialismo, la diputada respondió:
"No hay golpe. Igual, nosotros vamos notificando a la Organización de
Estados Americanos lo que hacen los dirigentes del PJ y de lo que dicen
ellos".
"De esto se sale a la República", alertó la
legisladora nacional y afirmó que "los que tienen que pagar el costo de la
peor crisis energética, los que se tienen que hacerse cargo es el PJ, cualquier
sea su vertinente".
Al ser consultado sobre las
denuncias de corrupción en torno al gobierno de Cristina Kirchner y empresas
con vínculos con el oficialismo, la diputada nacional afirmó que
"Cristóbal López nunca me va a perdonar que yo le evitara la compra de
Petrobras. Tampoco C5N me va a perdonar. C5Nes de Cristóbal
López y es el que larga estas cosas, él es parte de todo esto".
Isabel dilapidó en poco
tiempo el capital político que le dejó su marido. Convengamos que esta señora
debió gobernar en el período histórico más turbulento de nuestra historia y que
en esas condiciones nadie, ni siquiera Perón, hubiera podido salir bien parado
de la crisis.
Cristina
también está dilapidando el capital político que le dejó su marido. Y en esa
singular condición de esposas despilfarradoras también se parecen. Ambas
confunden decisión con capricho, ambas se encierran en ‘microclimas‘ donde los
motivos que provocan las decisiones se parecen más a misterios impenetrables
que a iniciativas racionales.
Ambas han
generado adhesiones, pero también fuertes rechazos, a menudo tan intensos que
adquieren el estado de una sensación física.
En
tiempos de Isabel comenzó a hablarse de su salud psíquica y su equilibrio
emocional. Los movimientos de sus manos, la gestualidad, los rictus tensos de
sus labios, las miradas algo extraviadas, las pulsiones histéricas,
justificaban aquellas aprensiones. Algo parecido está ocurriendo ahora con
Cristina.
La
estética del poder también muestra coincidencias. Las dos se presentan como viudas.
Lucen ropas de color negro y permanentemente invocan la memoria de sus esposos.
Con las diferencias del caso, ninguna de las dos cree en las virtudes de la
democracia. Su concepción del poder es cesarista y premoderna. Isabel aseguraba
que era presidente por designio inescrutable de Dios. Cristina, por designios
inescrutables de Él. Una es más joven, la otra, mas vieja; una es más linda, la
otra más fea; una es más moderna, la otra mas tradicional; una nació en La
Rioja, la otra en La Plata, pero la concepción del poder es similar.
A las
dos les gusta rodearse de incondicionales que le demuestren diariamente su
afecto.