Se trata de Ricardo Jaime, funcionario de la gestion del actual gobierno.
Hay pocos antecedentes de su vida en Córdoba. Ocurrio Asi Network News intentó chequear sus datos con el propio funcionario pero la respuesta fue la misma que caracterizó toda su gestión: el silencio absoluto y la nula respuesta ante cualquier requerimiento de la prensa. Entre los dirigentes peronistas cordobeses de la década del 70 no hay ningún recuerdo de Jaime como militante, aunque, claro está, no quiere decir que no haya actuado en política. De sus ideas poco se sabe.
A mediados de los años 80, Jaime dejó Córdoba y enfiló hacia el Sur. Así llegó a Caleta Olivia, una localidad petrolera ubicada en el norte de Santa Cruz, que por esos días vivía tiempos dorados gracias alpetróleo. Según contó al diario LA NACION un poblador de la zona que lo trató cuando era un joven de alrededor de 30 años, el que es hoy hombre clave en el Gobierno llegó a la zona envuelto en cierto misterio. "Hablaba en español pero acentuándolo como si fuese inglés. Si mal no recuerdo creo que decía que era un inversor argentino que había estado viviendo en los Estados Unidos", rememoró la fuente.
En Caleta Olivia y junto al histórico caudillo del peronismo Dante Dovena, Jaime hizo sus primeros palotes en la política santacruceña, que lo depositaron en una banca de concejal entre 1987 y 1991. En 1989, cuando Kirchner, desde la intendencia de Río Gallegos, empieza a trabajar para llegar a la gobernación, él será uno de los fieles militantes que recorrerán el norte santacruceño en busca de votos para el ignoto candidato que intentaba arrebatarle el poder del PJ al ya debilitado caudillo provincial Arturo Puricelli.
En diciembre de 1991 fue uno de los hombres que Kirchner eligió para el gabinete de su primera gobernación. Desde el cargo de Ministro Secretario de la Gobernación administró los gastos de la administración kirchnerista. Fue él quien comenzó la gestión para adquirir el Cessna Citation, el moderno avión de la gobernación provincial. Desde ese Ministerio también se manejaba la relación con los medios de comunicación que a principios de los años 90 se reducían a un diario, dos canales de tevé y un puñado de radios de FM.
Recién en la segunda gobernación de Kirchner llegará el momento de mayor protagonismo del hombre de barba candado que hasta entonces hacía gala de un bajo perfil. Entre 1996 y 1999 presidió el Consejo Provincial de Educación. Durante su gestión se llevó adelante el traspaso de las escuelas nacionales a la órbita provincial, la implementación del Tercer Ciclo de EGB, y también se dejaron sentadas las bases para poner en funcionamiento el Polimodal en el 2000.
A fines de 1999 Jaime volvió a su provincia natal, entonces gobernada por José Manuel De la Sota. En diciembre de ese año, se integró como segundo en el Ministerio de Educación, conducido por esos días por el actual juez de la Corte Suprema Juan Carlos Maqueda.
Si bien Maqueda hizo sus valijas para recalar en el Senado en 2001, su ladero continuó en el cargo hasta mayo de 2003. Durante esos años, cultivó un perfil bajo y estableció una fluida relación con dirigentes gremiales.
Ya en la Capital Federal y ataviado con el traje de administrador de una de las cajas públicas más grandes que tiene el Gobierno, Jaime subió su perfil, aunque no por decisión propia sino arrojado a los titulares de los diarios por algunos hechos que marcaron su gestión.
PASAJERO DE LUJO
En el sector aerocomercial, fue el mentor de la alianza de la estatal Líneas Aéreas Federales (Lafsa) con Southern Winds. La primera es una aerolínea que nunca alcanzó a despegar. La segunda, una empresa que tiene cerca de 900 empleados y que recibía por esa asociación alrededor de 8 millones de pesos por mes para su funcionamiento. La cooperación se interrumpió luego de que trascendiera el escándalo de drogas en febrero pasado y, si bien la empresa vuela con un solo avión y está en concurso preventivo, tiene los sueldos de sus centenares de empleados al día. Nadie explicó jamás con claridad de dónde salían los fondos para afrontar casi un millón de dólares por mes para pagar los salarios, y aunque son muchos los que miran de reojo la oficina de Jaime, el Gobierno negó siempre que fuera la Secretaría de Transporte la benefactora de la aerolínea en desgracia. Por estos días, Jaime estaría negociando la venta de SW a uno de sus empresarios del transporte preferidos: Claudio Cirigliano, dueño del la empresas de colectivos Plaza y de Trenes de Buenos Aires, concesionaria de las líneas ferroviarias Mitre y Sarmiento.
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