La Real Academia Española define el erotismo como "pasión de amor" o "amor exacerbado" y en una de las acepciones de sensual (adjetivo) la precisa como "perteneciente al apetito sexual". Se trata de un elemento fundamental de lo sexual y caracteriza un dominio biológico incluido en la sexualidad.
Al erotismo hay que referirlo a las sensaciones excitantes y propias para desear el acto carnal, pero no necesariamente identificarlo con la sexualidad. El erotismo no es genitalidad así como no es sexualidad. El erotismo pide enérgicamente el concurso de la sensualidad, pero la exacerbación de los sentidos, por razones biológicas, al estimular en la persona la tendencia hacia lo erótico lo desdibuja.
El erotismo al suponer algún grado de excitación es una manifestación de la sensualidad que es el placer de los sentidos corporales, los sentidos de la vista y del tacto están particularmente dispuestos para el erotismo. Las sensaciones visuales ocupan un lugar prominente en tanto que es el vehículo fundamental de captación de formas y de la emoción erótica, toda vez que se encuentra muy directamente vinculada a la morfología del cuerpo humano. Además, porque el instinto sexual se vale mayormente de la vista que de los distintos sentidos restantes para captar las posibilidades sexuales existentes en los otros y de ahí su importancia en la atracción erótica. En cambio, el valor erótico del tacto parece tener mejor calidad, pero lo que ocurre es que la mirada se expande casi sin fronteras llegando a todas partes, en tanto que la sensación táctil requiere necesariamente del contacto directo con el objeto y de la anuencia del otro; pero una vez producida en las zonas erógenas la respuesta erótica suele adquirir una fuerza superior a la voluntad.
Al lado del erotismo se encuentra la voluptuosidad que es la complacencia de los deleites sensuales, estimulada por la sensualidad, ingrediente del erotismo, pero capaz de destruirlo por su propia identidad.
El erotismo no solamente es una respuesta a los estímulos reales sino también de la imaginación y la fantasía.
En fin, es el erotismo de las más típicas y notorias manifestaciones de lo humano. Participa por igual del amor y de la sexualidad. A aquel le pone la carne y a esta le quita la animalidad y le pone la trascendencia. Así, por el erotismo, la sexualidad queda dignificada y el amor energizado.
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