El director del semanario francés Charlie Hebdo, el dibujante Stéphane Charbonnier (más conocido como "Charb"), figura entre las doce víctimas fatales de la matanza perpetrada esta mañana por dos individuos en la sede de la redacción en París.
Charb era el director de la publicación desde la salida de Philippe Val en 2009. Junto con él, también murieron los dibujantes Wolinski, Cabu y Tignous, confió una fuente judicial a medios locales. Son altamente reconocidos en su país por el humor irónico y satírico contra toda la clase política francesa y europea en general.
El semanario reivindicaba su costado provocador y era blanco constante de amenazas desde que en 2006 publicó caricaturas de Mahoma que indignaron al mundo islámico. Tras la publicación de las controvertidas caricaturas del profeta inicialmente difundidas por la revista danesa Jyllands-Posten, la redacción de Charlie Hebdo vivía asediada.
"Había amenazas permanentes desde la publicación de las caricaturas de Mahoma", dijo el abogado del semanario Richard Malka.
La fiscalía precisó que el anuncio sobre los nombres de los dibujantes es el resultado de una identificación hecha por un superviviente en la sede del periódico, blanco del atentado que dejó en total doce muertos y siete heridos. El jefe de redacción de la publicación se salvó del del atentado por encontrarse por estos días en Londres.
La dibujante Coco, que trabaja para Charlie Hebdo, fue testigo del ataque, según consignó el diario francés L'Humanité. "Iba a buscar a mi hija a la guardería, cuando al llegar a la puerta de la sede del periódico, dos hombres encapuchados y armados nos amenazaron brutalmente. Dispararon contra Wolinski, Cabu... Duró cinco minutos... Me refugié bajo una mesa... Hablaban perfectamente el francés... Decían ser de Al Qaeda".
"Charb estaba bajo protección policial, pero se desplazaba en ocasiones sin policías, lo que es un signo de que no estaba preocupado en todo momento. Recibimos amenazas por email todo el tiempo y llamadas de teléfono, pero no las tomamos verdaderamente en serio. Nos hemos acostumbrado en los últimos tiempos, creíamos que lo de las amenazas había terminado", añadió.
Se trata del más mortífero atentado cometido en Francia desde hace al menos 40 años. El presidente François Hollande, que se trasladó inmediatamente al lugar, situado en el este de la capital, lo calificó de "atentado terrorista" de "excepcional barbarie" y exhortó a la "unidad nacional".
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