jueves, 25 de enero de 2018

#Hoy Hace 21 años del asesinato del fotógrafo #JoséLuisCabezas





Esto es en primera persona una vez realizando mi trabajo
largometraje sobre #CaudilloRiojano me encontraba con dos piezas fundamentales
para el desarrollo del mismo #Lamuerte de #AlfredoYabran y la que más Me
Impacto la de #JoseluisCabezas ya que  un
colega #GabrielMichi lo converse un montón de veces en que estaba constituida
mi investigación y en donde mencionaban los dos pero el de #JoseluisCabezas me
atrapo aunque me habría gustado estar ahí en #Pinamar y hacer los testimonios
que faltaron a mi trabajo.
En la madrugada del 25 de enero de 1997, el reportero
gráfico de la revista Noticias, que cubría la temporada de verano en Pinamar,
fue asesinado a sangre fría luego de ser secuestrado al salir de una concurrida
fiesta de cumpleaños de un empresario a la que la prensa siempre era invitada.
Dos disparos en su cabeza pusieron fin a su vida.
Y una fotografía fue el detonante. La había tomado un año
atrás y con ella reveló la hasta entonces desconocida cara del empresario
Alfredo Yabrán. A partir de ese momento, una serie de llamados y hasta
atentados menores en el vehículo en el que se desplazaba fueron amenazas que
Cabezas no vio, pero que contó a sus personas de confianza quienes al mirar
atrás hoy completan la jugada terrorífica a la que fue sometido porque ya
habían marcado su final.
El nombre de Yabrán se había hecho publico cuando el
entonces ministro de Economía del gobierno de Carlos Menem, Domingo Cavallo,
acusó: "Hay una mafia enquistada en el poder y su jefe es Alfredo
Yabrán". A partir de esa declaración, del 23 de agosto de 1995 en la
Cámara de Diputados, el empresario se convirtió en el hombre más buscado del país
aunque, lógicamente, nadie sospechó nada de lo que sucedería después.


Diez días antes de su crimen, José Luis encontró que la
rueda del auto en el que se movilizaba con su compañero Gabriel Michi había
sido cortada intencionalmente.  Nunca
imaginó lo que vendría. Así recordó esos días el periodista y amigo de Cabezas:
"Hicimos guardias y seguimientos sin saber que todos nuestros movimientos
estaban siendo vigilados. Cada vez que nos acercábamos a Yabrán, explotaban los
teléfonos de la custodia por las comunicaciones con la policía de Pinamar y el
policía Gustavo Prellezo, el asesino de José Luis. Habían dado la orden de
quitarnos del camino y nosotros no lo sabíamos".

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