miércoles, 30 de enero de 2013

"Es un enorme honor suceder a mi suegra" y ser tan frivolida.

Estuve buscando un buen rato sobre frivolidad, y no encontré demasiado, parece que no se tiene demasiado en cuenta esa palabra, o que nadie se pone a reflexionar, sin embargo es bastante utilizada hoy día. Al menos encontré a una Sra que se llama de nombre “MAXIMA” que para colmo es Argentina y va ser la “MAXIMA” de Holanda.
La princesa habló con la cadena de noticias cuando llegaba a ofrecer un discurso en la conferencia Alimentar al Mundo, que tiene lugar por estos días en el hotel Hilton de Amsterdam.

Siempre con una sonrisa en el rostro para los fotógrafos, Máxima se mostró radiante en su primera aparición pública tras conocerse la noticia de que será reina.

El día de la coronación se fijó para el 30 de abril, día en que Holanda conmemora el Día de la Reina, en honor a la monarca saliente. Será el último Día de la Reina para Beatriz y su país. Luego se convertirá en Día del Rey, en honor al nuevo soberano, quien desde ese día será llamado Guillermo IV. "Con toda confianza el próximo 30 de abril cederé el Reino a mi hijo, el Príncipe de Orange. Él y la princesa Máxima están completamente preparados para su tarea futura. Ambos servirán a nuestra nación con devoción, en conformidad con la Constitución y pondrán al servicio del Reino todo su talento", dijo el lunes la reina Beatriz sobre su hijo y su nuera.
A los 75 años, Beatriz de Holanda decidió abandonar el trono para ser sucedida por su hijo mayor, y Máxima, en tanto esposa, también será coronada como reina de los Países Bajos. "Tenemos mucho trabajo que hacer", dijo la argentina que debió renunciar a su nacionalidad para casarse con el heredero de la corona holandesa, y subrayó que sabe de la presión que recae ahora sobre sus espaldas.


La frivolidad no tiene nada que ver con la felicidad. Actúa en la superficie de las cosas, y la superficie es casi siempre áspera y desigual. La persona frívola es aquella incapaz de apreciar en su totalidad el peso y el valor de nada. En la práctica, no aprecia ni siquiera el peso y el valor de las cosas que, por lo común, son tenidas como frívolas. No disfruta de un cigarro como el chicuelo de la calle disfruta de su cigarrillo; no disfruta de su ballet como el pequeño disfruta de Punch and Judy. Fuente: G K Chesterton.

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